martes, 2 de junio de 2009

ANGELES Y DEMONIOS

Ángeles y Demonios es tan sólo un correcto thriller que, esta vez y a diferencia de El código DaVinci, escoge con decisión el camino de la pura y dura acción, la vía del espectáculo vestido para la ocasión con el esperado trasfondo religioso y la mística de la simbología cristiana para elaborar -con no poco oportunismo- una serie de inverosímiles enigmas, tan improbables como era de prever, pero al menos, tanto más divertidos que en la plomiza primera entrega. Lo que ocurre es que, ayudado por el dinámico trabajo de cámara, la excelente música de Hans Zimmer y un guión que lima algunas asperezas del texto original, el film proporciona dos horas de razonable entretenimiento. Ángeles y Demonios parece El Código DaVinci con una sobredosis de pastillas, o si quieren, una mezcla suave entre Seven pasada por el tamiz de un actioner al uso, hipertrofiada de medios y ruido, y que utiliza la supuesta polémica con la Iglesia para embellecerse con el ornamento de la mitología cristiana.